Con la retirada de la bicampeona olímpica Evgenia Kanaeva, poco tardamos en buscar una sustituta para el próximo oro en Río 2016. Entre la infinita cantera rusa compuesta por Margarita Mamun, Maria Titova, las gemelas Averinas y Aleksandra Soldatova, pronto empezó a sonar el nombre de Yana Kudryavtseva.
Ángel con alas de hierro es su apodo en el mundo de la gimnasia. Nunca se ponía nerviosa antes de las competiciones; le gustaba ir segunda y mirar las notas durante la competición para superarse; seguía adelante con el ejercicio aunque su música se parase y pensábamos que era de acero hasta que una importante lesión en el pie en 2015 nos recordó que no era más que una gimnasta con sueños de oro.
Su padre fue medallista en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, su madre gimnasta rítmica, de familia le venía el carácter competitivo y el afán de superación. Ella misma dijo que una vez te bajas del podium dejas de ser una campeona y debes volver a trabajar para mejorar resultados. En numerosas ocasiones se ha comentado lo mucho que le costaba mostrar una sonrisa, ni siquiera con el oro colgado del cuello; si en el tapiz había tenido el más mínimo fallo, no estaba satisfecha.
A pesar del talento que ha desplegado durante los últimos años sobre el tapiz, empezó a hacer natación, deporte de su padre, cuando era pequeña para mejorar la postura corporal. Tras los Juegos Olímpicos, Yana agradeció públicamente a su entrenadora, Elena Karpushenko, por haber convertido a "ese pequeño monito" en campeona olímpica.
2013 fue el año en el que empezó a competir con mayor frecuencia en eventos internacionales importantes, aunque no era ni de lejos el ojito derecho de Viner, que siempre acompañaba a Margarita Mamun como si fuera su propia hija.
Yana ganó el oro en varias pruebas de Copa del Mundo y se aseguró su participación en el Europeo y el Mundial. En Kiev 2013 obtuvo el respeto de todos al realizar ejercicios perfectos con tan sólo 15 años, además de superar la prueba de fuego: un ejercicio de cinta con cortes en la música. Su participación estelar la convirtió en la gimnasta más joven en ganar una medalla de oro en el AA de un Mundial.
2014 se convirtió en otro gran año para Kudryavtseva, que se consolidaba como la rusa de oro a la que sólo se podía superar si fallaba estrepitosamente y en Izmir volvió a revalidar su oro en el AA. En ese Mundial fue la primera gimnasta en alcanzar los 19 puntos en un ejercicio durante el código 2013-2016.
Condiciones impresionantes, elementos corporales limpios y manejos de aparatos con los que pocas pueden soñar, esas han sido las características de su gimnasia temporada tras temporada. Todo ello junto con unas líneas perfectas la convertían en el prototipo de gimnasta rusa.
Por aquel entonces, todos teníamos asumido que Yana iba a ser la sucesora de Kanaeva llevándose el oro en las Olimpiadas. Con Mamun y Rizatdinova como rivales directas y sin apenas fallar en eventos importantes, ¿quién iba a pensar que algo podía salir mal?
La siguiente temporada empezó con más oros para ella, subiendo al escalón más alto del podium en los Juegos Europeos de Baku. Pero 2015 afectó también negativamente a su carrera en apenas unas semanas. Su pie izquierdo se resentía del crecimiento causando una fractura importante que le impedía competir en la última cita antes de Stuttgart ponía en peligro su participación en el Mundial clasificatorio para Río 2016.
Finalmente la vimos competir en Alemania con tres aparatos, siendo ella misma la que pidió a Viner competir a pesar del dolor. Se convirtió en oro mundial por tercera vez consecutiva y un mes después pasó por quirófano para operarse del pie.
El año olímpico ha estado colmado de mala suerte para ella, compitiendo poquísimo para resguardar ese pie y lograr aguantar hasta los Juegos en el mejor estado de forma posible. Hemos visto a una Yana cansada, luchando contra el dolor, fallando e incluso retirándose de competiciones como las finales de Pesaro 2016.
Su presencia en Río 2016 fue duda durante toda la temporada y no se confirmó hasta poco antes de la competición, ya que Soldatova, Mamun y ella viajaron a Brasil por si surgía algún imprevisto. Volvía a ser la favorita para el oro, pero un fallo en el ejercicio de mazas la relegaba a la segunda posición.
Su despedida de los tapices fue con un precioso ejercicio de cinta en el que se quitó las vendas de los pies y compitió para demostrar de nuevo que es un ángel con alas de hierro, ante la adversidad no hay más opción que crecerse y superar cualquier obstáculo.
Mientras algunos se empeñaban en afirmar que Yana seguiría hasta Tokio 2020 para conseguir la medalla de oro, en sus redes sociales la hemos visto alejada de la gimnasia y centrada en su vida privada con su novio Artur Yusupov. Con 19 años, Kudryavtseva pone fin a su carrera laureada 13 veces con medallas de oro en Mundiales y una plata en los Juegos Olímpicos de Río.
A pesar de haber dedicado su vida entera a la gimnasia, nos ha sabido a poco. Gimnastas con esas líneas, elegancia, relevé y manejo son difíciles de encontrar. Ha sido un placer verla en el tapiz y es una verdadera injusticia que la lesión impida que siga su carrera deportiva para luchar por ese oro de Tokio 2020. Aún así, no hay más que palabras de agradecimiento hacia esta reina de la gimnasia que tan bonito ha volado sobre los tapices internacionales este ciclo olímpico.
¡Gracias Yana!
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