Simone Biles y Aly Raisman, clasificadas para la final en los primeros puestos, se han llevado el oro y la plata respectivamente. Esta ha sido la oportunidad de Raisman para sacarse la espina de Londres 2012, en la que finalizó cuarta en la final femenina por detrás de la rusa Aliya Mustafina.
Si bien estamos viendo la élite de la gimnasia artística en estos Juegos Olímpicos y los resultados eran más que previsibles, la final femenina ha tenido emoción hasta el último momento. Oscilando entre las primeras posiciones con una diferencia de menos de un punto, el primer puesto ha ido variando a lo largo de la competición.
No ha sido la mejor competición de ambas rusas, que han iniciado muy bien la competición y han fallado en barra. Seda Tutkhalyan ha terminado la competición con un ejercicio de suelo lleno de errores graves que le han otorgado una nota que no llegaba a los once puntos y le han impedido luchas por el bronce.
Mustafina ha sufrido hasta el final, con una barra en la que ha perdido bonificaciones al no conectar elementos y con un ejercicio de suelo muy artístico pero de poca dificultad en elementos acrobáticos.
Tres veces campeona del mundo, Biles no ha sorprendido a nadie al llevarse el oro. Explosiva en salto, muy segura en barra y salvado las paralelas, ha finalizado la competición con su mejor ejercicio, un suelo dinámico y espectacular con el que ha conseguido el aplauso del público. Biles, que acostumbra a ser todo sonrisas, por fin alcanza la gloria olímpica y estalla en lágrimas de emoción.
Tras la primera rotación
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Tras la cuarta rotación
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